Lezama (Txorierri) se ha unido a la lista de municipios que han integrado la perspectiva de género en el urbanismo municipal, no solo repensando las necesidades de las mujeres, sino dando voz a todas las personas que viven en el municipio para poner en relevancia la complejidad y diversidad de su comunidad.

Recientemente se ha entregado al Ayuntamiento la Memoria que recoge todo el trabajo derivado del proceso de Formación y Participación para la revisión desde la perspectiva de género del PGOU del municipio de Lezama. Impulsado tanto por el Plan para la Igualdad de mujeres y hombres municipal, como por un interés generalizado de la población, el Ayuntamiento decide abordar el reto de realizar un diagnóstico multidisciplinar y feminista sobre el urbanismo municipal, para no solo detectar puntos negros, sino, también incentivar una reflexión comunitaria sobre la posible mejora de Lezama. Desde el primer momento se fija el marco general del proyecto que se traslada a toda la ciudadanía, por el que se determina que los resultados del proceso van a ser vinculantes y que las medidas correctoras sobre la planificación van a ser recogidas de dos posibles maneras (mediante una adaptación con una modificación puntual o incluyendo un apartado con los resultados).

El proceso comienza con una entrevista a las personas directamente relacionadas con la temática, las integrantes de la Asociación Feminista Moreak. Personas que ya tienen un bagaje en la lucha por reclamar que se tenga en cuenta la diversidad de usos y necesidades de las personas que habitan el espacio público a la hora de tomar decisiones. Además de este encuentro personalizado, se realizan jornadas de formación, foros abiertos y reuniones técnicas a las que acuden personal técnico y político municipal, representantes de asociaciones y ciudadanía en general. Y de forma paralela se habilita un cuestionario que realiza la doble función de posibilitar la participación a personas que no pueden acudir a las sesiones presenciales y de incitar a una reflexión individual sobre la temática de estudio.

Gracias a los aportes realizados por todas las personas participantes durante el proceso y tras una valoración técnica, se llegan a definir una serie de medidas de carácter obligatorio que tendrán repercusión directa sobre la planificación. Entre ellas, y como ejemplo, la obligación sobre el Reglamento Edificatorio de incluir un artículo definiendo las condiciones de diseño de futuros portales que deberán consistir de un “Espacio diáfano y fácilmente comprensible, evitando recovecos y espacios ocultos” y que deberá contener “materiales transparentes para garantizar la visibilidad interior-exterior”. Pero además de la seguridad, se incide sobre otros aspectos como los espacios intermedios, la participación activa del espacio doméstico, la vivienda colectiva, la diversidad de usos, la movilidad sostenible, la calidad de los espacios estanciales, el papel de las mujeres en la historia o la incorporación de la perspectiva de género y participación sobre los nuevos instrumentos y proyectos.

Uno de los aportes particulares surgidos de este proceso es el que pone en relevancia el paisaje identitario de Lezama, el relacionado con la historia de las vendejeras, lavanderas y lecheras y las labores y viajes que acometían diariamente en favor de la activación de la economía local con la venta de productos propios del valle del Txorierri en Bilbao. Los/as participantes proponen y se muestran entusiasmados con la idea de poder activar la memoria colectiva de estas personas, tanto a través de la catalogación y protección de los elementos visuales y tangibles relacionados (fuentes y lavaderos), la inclusión de los mismos en las rutas patrimoniales y la organización de actividades y eventos para rememorar su trabajo.

En términos generales, estos procesos van más allá de una revisión meramente técnica sobre la planificación urbanística desde la perspectiva de género. Llegan a generar un calado y grado de sensibilización en la temática a través de la introducción de conceptos (para muchos nuevos), el debate y la escucha empática sobre diferentes opiniones. Todo ello les dota de herramientas y conocimientos suficientes como para distinguir la diversidad de personas, hábitos y usos que se dan en el espacio público y la importancia de que todos ellos se tengan en cuenta a la hora de diseñarlos. En Lezama han decidido ponerse las gafas moradas y continuar andando desde una nueva perspectiva.

Así lo explican algunas de las personas participantes:

  • MUJER PARTICIPANTE: “Fue especialmente interesante al trabajar el urbanismo como un espacio masculinizado. Nos dimos cuenta de que a pesar de que las mujeres utilizamos el espacio público, no nos tienen en cuenta ni desde el punto de vista de la estética o los paisajes naturales, ni de las necesidades de los peatones o los espacios que son compartidos, cómodos y agradables para poder juntarnos”. 
  • HOMBRE PARTICIPANTE:
    • ¿Cuál era tu percepción al comienzo del proceso? ¿Tenías confianza en los futuros resultados? tengo cierta confianza (pero limitada) en este tipo de procesos porque pienso que han de tener un calado pedagógico y didáctico en la población. Por ello mismo, creo que a veces los resultados se suelen hacer esperar en el tiempo más que lo deseable/esperable. Pero me ha parecido una experiencia muy interesante y necesaria desde todos los puntos de vista.
    • ¿Qué opinión tienes de la perspectiva de género tras haber realizado el proceso? Me parece muy importante tenerla siempre presente en los procesos de consulta y acción pública. Muchas veces es más fácil e intuitivo tener en cuenta esa perspectiva de lo que mucha gente suele pensar. En la función pública habría que pensar a veces en clave de economía/administración doméstica, y salvando las distancias, funcionar más pensando en un equilibrio de género a la hora de tomar decisiones. Reconozco ahora que en este proceso relacionado con el urbanismo y diseño de espacios públicos es más importante la perspectiva de género de lo que pensaba antes.
    • ¿Consideras necesaria introducir esta visión en la toma de decisiones a todos los niveles en el municipio? “Por supuesto que sí. Ha de ser algo transversal: instituciones (a nivel político y técnico), asociacionismo, población en general, otros agentes sociales,…Pero sigo pensando que el nivel político tiene que ser siempre el tractor en este tipo de decisiones, ponerse por delante del resto de niveles. Para ello, la clase política en general, primero tiene que interiorizar/empoderarse claramente de esta cuestión para después llevarla a la práctica en todas las áreas de la administración pública.”
    • ¿Te has puesto las gafas moradas?Ya las tenía puestas antes de este proceso, pero ahora han ganado en precisión y aumento…
    • Si es así, ¿te ves con fuerza como para multiplicar las gafas moradas entre tus amigos/as familiares, etc.? Creo que a mi pequeño nivel intento hacerlo en todos esos ámbitos todos los días.

Una ciudad puede ser observada como un espacio simbólico que representa las visiones que el ser humano tiene con respecto al medio ambiente que habita:

Miles de personas proyectan en ella sus expectativas, esperanzas y sueños, que terminan por redundar en una mejor o peor calidad de vida, planteándose un simple deseo: «¡Esa es la ciudad donde quiero vivir!».

(Franco Lotito, 2009)