RETOS Y RESPONSABILIDADES DE LA ORDENACIÓN TERRITORIAL

Inguru acude y participa en el IX Congreso Internacional de Ordenación Territorial celebrado del 13 al 15 de marzo en Santander, donde se discute sobre la planificación y gestión integrada para dar respuesta a las necesidades actuales

El diverso y brillante panel de participantes y ponentes escogido, otorgó el peso requerido a este Congreso organizado como otros años, por Fundicot (Asociación interprofesional de Ordenación del Territorio), la Consejería de Universidades e Investigación, Medio Ambiente y Política Social del Gobierno de Cantabria, y el Departamento de Medio Ambiente, Planificación Territorial y Vivienda del Gobierno Vasco.

El principal reto planteado desde su inauguración se versó en la anticipación desde la Ordenación Territorial a los riesgos asociados al Cambio Climático y en las adaptaciones que requiere nuestra planificación para hacerle frente. Hubo determinación con la afirmación de que la discusión sobre la existencia del cambio climático ha terminado, pues a día de hoy contamos con evidencias más que suficientes. De hecho, se trata de la mayor de las preocupaciones para la población, en especial, en aquellas zonas más pobres de nuestro planeta, donde padecen impactos (como la destrucción de sus cosechas por inundaciones) ante los que no tienen capacidad de reacción ni forma de remediar.

Las reacciones surgen y de hecho somos conscientes de estar viviendo un momento de transición con grandes cambios hacia un modelo diferente, más responsable con el medio ambiente, donde el desarrollo económico ha de ir de la mano de la sostenibilidad. Los datos hablan por sí solos; desde 2008 invertimos más en energías limpias que en energías fósiles, para el 2030 pronostican que tendremos el doble de renovables, o que para el 2050 Europa pretende ser neutra en emisiones.

Todo ello se apoya en acciones que han de promoverse a una escala local y regional, para que puedan llegar a tener un impacto global, en el impulso de la llamada estrategia glocal. Las propuestas recogidas para accionar la maquinaria que está en nuestras manos como técnicos, políticos y ciudadanos pasan por:

  • Fomentar una movilidad sostenible, de proximidad y flexibilidad preferentemente, dejando en un segundo plano a los vehículos motorizados de los que tanta dependencia tenemos a día de hoy.
  • Analizar nuestros pueblos y ciudades desde la perspectiva género para fomentar espacios de calidad para el encuentro y el cuidado, que sean seguros para todos y todas y que tengan en cuenta el mosaico de realidades que presenta nuestra sociedad.
  • Debatir sobre el tipo de turismo que queremos ¿Cantidad o calidad? Tratando de evitar la catalogación de elementos que se convierten en “carne de turismo”.
  • Trabajar sobre los espacios rurales para frenar el despoblamiento, parándonos a analizar sus necesidades y a escuchar al ecosistema social que lo sustenta con el objetivo de llenar el cajón de la sostenibilidad y el bienestar social.
  • Avivar los procesos de participación reales y transparentes, tratando de establecer metodologías de base amoldables a cada realidad, pero con unas características y requerimientos mínimos, en pro de la gobernanza territorial.